En lo tocante a las habilidades profesionales, ¿cuál es su letra? Al igual que usamos un tipo de Myers-Briggs para describir nuestras personalidades, existen términos que se usan para describir los rangos de habilidades de las personas: la I, la T y ahora la K (en referencia a "Key", llave en inglés) están entre los más populares.
Hace décadas, las empresas buscaban principalmente candidatos cuyas habilidades tuvieran forma de I: gente con unos conocimientos profundos sobre un área concreta, como un contable o un abogado. Sin embargo, el concepto ha evolucionado a lo largo de los años. En la década de 1980, McKinsey & Company desarrolló la idea del profesional con habilidades en forma de T. La barra vertical de la T representa un conocimiento sólido de una disciplina concreta. La barra horizontal representa la capacidad de colaborar con otras disciplinas y adquirir nuevas habilidades o nuevos conocimientos.
Hoy en día, el concepto ha ido un paso más lejos y el profesional más buscado tiene un perfil en forma de llave: una persona con varias áreas de conocimiento con distintos grados de profundidad. La introducción del profesional con un perfil en forma de llave se debe fundamentalmente a la rápida proliferación de los avances tecnológicos y a la naturaleza interdisciplinar del trabajo. En distintos sectores y profesiones, la capacidad de usar la tecnología para asimilar y aplicar la información ha ampliado las expectativas con respecto a las habilidades estándar que deberían tener los profesionales.
Como resultado, estamos viendo nuevos paralelismos en las habilidades que se buscan en el mundo científico y en el empresarial. De hecho, una encuesta realizada por Genetic Engineering & Biotechnology News (GEN) descubrió que las principales habilidades que se necesitan actualmente para alcanzar el éxito como científico investigador son similares a las requeridas para triunfar como líder empresarial. Adaptarse a la nueva tecnología, entender los datos y analizarlos de forma crítica: estas son las habilidades que cimentan el éxito tanto en el laboratorio como en la sala de juntas.
Aunque siempre se seguirán necesitando empleados de tipo I y T, como se desprende de la encuesta de GEN, la mayoría de los profesionales actuales no pueden contar con que ser excepcionales en una sola cosa les garantice el éxito. Cada vez más, las organizaciones buscan candidatos de tipo "Key" (en alusión a la forma de una llave) para sus nuevas contrataciones. ¿Qué pueden hacer las personas y las organizaciones de diversos sectores para adaptarse a esta tipología en forma de llave? Estas tres tácticas pueden resultarle útiles:
1. Nunca deje de aprender
La educación es la clave para desarrollar nuevas habilidades, así que un esfuerzo permanente de aprendizaje continuo es imprescindible. En CAS, ofrecemos a los empleados especializados en distintas disciplinas la oportunidad de colaborar en equipos diversos, asistir a congresos y talleres profesionales e incluso completar su educación superior.
También hemos descubierto que fomentar otras habilidades fuera del ámbito profesional es igual de importante. Los intereses personales pueden contribuir a inspirar nuevas ideas. Recordemos, por ejemplo, a Steve Jobs. Cuando estaba desarrollando el Mac, su pasión por la caligrafía le hizo preguntarse por qué todos los programas de tratamiento de texto anteriores usaban un tipo de letra tan poco atractivo. Eso le animó a desarrollar tipos de letra distintos y más agradables desde el punto de vista estético para su ordenador Apple. Es un excelente ejemplo de que un interés personal puede llevar a unos resultados empresariales revolucionarios.
2. Sea constantemente curioso
He comprobado muchas veces que los profesionales con más éxito tienen espíritu empresarial y están abiertos a salir de sus zonas de confort. Esos rasgos también son esenciales para desarrollar habilidades en forma de llave. En CAS creemos en el poder de la curiosidad como motor para actuar y en la importancia de inspirar a los demás a seguir el mismo impulso. Para fomentarlo, animamos a los empleados a trabajar con colegas de toda la organización, buscar oportunidades en nuevos proyectos y participar como observadores en procesos ajenos a su especialización. Además, creamos CAS SciFinder Future Leaders, un programa selectivo que aviva la curiosidad de doctorandos e investigadores posdoctorales de todos los países proporcionando experiencias fuera del laboratorio y, en muchos casos, fuera de sus países de origen.
3. Elimine el miedo
Hay un motivo por el que los silos de información están tan asentados en el lugar de trabajo: siempre existe el miedo subyacente de que si alguien descubre cómo se hace tu trabajo, puedes quedarte sin él antes de lo que piensas. Por eso, fomentar una cultura que elimine el factor del miedo es importante para desarrollar habilidades en forma de llave. En CAS, lo hemos logrado estableciendo un Centro de Excelencia de la Oficina de Gestión de Cambios para ayudar a los empleados a entender el cambio y adaptarse a él. Además, creamos equipos de proyectos con representantes de diversos grupos. Son profesionales que, en condiciones normales, no trabajarían juntos, pero que ahora pueden colaborar y compartir conocimientos. Esto genera beneficios tanto para nuestra organización como para los empleados. Juntos pueden identificar nuevas formas de resolver los retos empresariales más complejos, ampliar sus conocimientos y aprender más sobre el trabajo que se realiza en el conjunto de CAS.
¿Siente curiosidad por los empleados de tipo llave? Obtenga más información sobre nuestra estrategia y explore las oportunidades de unirse a nosotros.